Bienvenidos hermanos y hermanas

Somos una mision Joven Anglicana ,de la Diocesis Anglicana del Peru, que queremos vivir el Evangelio de Jesus, compartiendo y viviendo con los pobres.
El estar aqui caminando en el arenal, las magnificas puestas de sol, teniendo como unico techo el cielo estrellado,nos hace ser bendecidos de Dios, no se trata de renunciar a nada, sino de conseguirlo todo.

«Vuelve a nosotros, discípulo de Jesucristo; ven a traernos la salvación».


Nuestra celebracion Eucaristica no es una eucaristía celebrada como devoción que comienza y termina en la iglesia, no es la eucaristía que celebró Jesús. Celebrar la eucaristía es aceptar el compromiso de darse hasta el final. La eucaristía no es más que el signo (sacramento) de la entrega. Si no se da esa entrega, de estar alli donde mas nos necesitan que nos comprometa con el evangelio y con la vida no estamos viviendo lo que nos enseño Jesus. Bienvenidos a nuestra humilde morada.
Jaime, David, Manuel

viernes, 23 de abril de 2010

COMPARTIENDO EL PAN EN LAS MANOS


Con el pan en mis manos
sobre el altar de la vida quiero andar.
Con el pan en mis manos
quiero llevarlo a los hambrientos de nuestra historia
Con el pan en mis manos
el desierto reverdece, brota sangre y agua.
Con el pan en mis manos
me animo a correr piedras, destapar cuerpos olientes,
para que los vuelvas a ungir con tu perfume de resurrección.
Con el pan en mis manos
me quedo junto a ti para seguir horneando la vida.

Contigo, tomo partido por los tuyos.
Con el pan en mis manos
las fronteras se vuelven tienda de encuentro
y el grito de los excluidos, tu Evangelio de siempre.
Con tu pan mi manos…
nos lanzamos detrás del escándalo de compartir,
en esa lucha por la inclusión

Con tu pan en mis manos
queremos anunciar y denunciar lo que hemos visto y oído.
Con tu pan en nuestras manos
no queremos perderte de vista,
ni dejar de anunciar tu Reino
Y comulgarte en manos de otros y otras.

martes, 13 de abril de 2010

domingo, 11 de abril de 2010

x aniversario SS. AGUSTIN


Para alcanzar su sueño, un guerrero de la luz necesita una voluntad firme y una inmensa capacidad de entrega: aunque tenga un objetivo, no siempre el camino para lograrlo es aquel que se imagina

II Domingo de Pascua Xto nos trae la Alegria y la Paz



Porque Tú nos pones el corazón contento,
invitándonos a ser sal de la tierra.
Porque nos despreocupas, recordándonos
que a cada día le basta con su afán.
Porque nos sosiegas, llamándonos a ti,
cuando estamos cansados y agobiados, para aliviarnos.

Porque nos quitas los miedos, diciéndonos
que tú estarás con nosotros hasta el fin de los días.
Porque nos perdonas, invitándonos a perdonar
y perdonamos hasta setenta veces siete…
Porque nos curas, recordándonos que eres el médico
que necesitamos los que estamos sanos.

Porque nos desenfadas, proponiéndonos ser mansos
y constructores de un mundo en paz.
Porque nos invitas a la felicidad siendo pobres,
ya que no se puede servir a Dios y al dinero.

Porque nos propones trabajar por la justicia,
y así lograremos tratarnos todos como hermanos.
Porque nos colmas de nuestros deseos y ansiedades,
invitándonos a beber un agua que calmará la sed.

Porque nos propones vivir tranquilos,
conscientes de dónde hemos puesto la confianza.
Porque tu propuesta es de plenitud y realización,
ya que has venido para que tengamos Vida,
y vida en abundancia. Gracias. Dios mío.

lunes, 5 de abril de 2010

Nuestros Amigos fieles



Roky I
Y ROKY II

Nuestros Misioneros: Juan Carlos , David y Jaime





nuestros amaneceres



nuestros hermosos atardeceres





NUESTRO LOCAL





NUESTROS NIÑOS DEL BARRIO II





NUESTROS NIÑOS DEL BARRIO





CONOCE NUESTRO BARRIO





XTO ¡ RESUSCITO!



MUJERES EN EL SEPULCRO:UNA HISTORIA QUE ES NUESTRA
Por Dolores Aleixandre RSCJ
Christus


Los relatos evangélicos sobre las mujeres en el sepulcro en la mañana de Pascua se han convertido en estos últimos años en un poderoso foco de atención y en una fuente inspiradora.

Entre tantas maneras posibles de acceder a su comprensión, he elegido la de una lectura en clave antropológica, intentando que sea la corporalidad de las propias mujeres, tal como aparece en los textos, la que se convierta para nosotros en portadora de sentido.

Lo haremos a partir de un sencillo esquema bíblico que contempla al ser humano a partir de tres pares de órganos: corazón/ojos; boca/oídos; manos/pies como símbolos de su sentir y pensar, su decir y su hacer.

Y lo aplicaremos a estos textos:
Mt 27,57-61;
Mt 28,1-10;
Mc 15,42-47;
Mc 16,1-8;
Lc 24,1-11;
Lc 22-24;
Jn 20,1-2 y 11-18

Otra perspectiva adaptada va a ser la de tener como marco de referencia del AT el Cantar de los Cantares. Normalmente es en el encuentro de María Magdalena con Jesús donde se resaltan las coincidencias, pero creo que en el grupo de mujeres de que nos hablan los sinópticos, se dan también elementos típicos del Cantar: ausencia, búsqueda, encuentros, apresuramiento, llamadas, nombres, imperativos, abrazos, temor, gozo, perfumes...

Lo que importa no es determinar si los evangelistas "se inspiraron" en el Cantar, sino ser capaces nosotros de "aspirar" el aroma común que existe en ambos y captar cómo los atraviesa la misma dinámica de un amor, siempre herido por el deseo del encuentro y siempre desbordado por la experiencia de su gratuidad.

MUJERES QUE RECUERDAN Y MIRAN

El corazón hace referencia a la totalidad de la persona, a su centro original e íntimo, a lo que hay en ella de más interior y más total, a aquella dimensión profunda que orienta el deseo y la búsqueda:
"Yo dormía pero mi corazón estaba en vela (...) Me levanté y recorrí la ciudad por las calles y plazas buscando al amor de mi alma..." (Cant 5,2; 3,3).

Es ese apasionamiento el que se desborda en la gama de emociones que reflejan los textos:
"Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado..."(Mc 16,6)
"...llenas de miedo y gozo"(Mt 28,8)
"...quedaron espantadas (...), temblando y fuera de sí. Y de puro miedo, no dijeron nada a nadie (Mc 16,4.8)
"Estaban desconcertadas (...) y recordaron sus palabras..."(Lc 24,4.8)
"María estaba frente al sepulcro, fuera, llorando (...) Le dice Jesús: -Mujer, ¿por qué lloras?,¿a quién buscas? (...) Le dice Jesús:- ¡María! Ella se vuelve y le dice en hebreo: ¡Rabbuni! "(Jn 20.11.15-169)

Los ojos expresan hacia fuera todo ese mundo interior y lo conectan con la realidad; por eso la mirada de alguien es reveladora de lo que hay en ella de más profundo y auténtico.

"¿Habéis visto al amor de mi alma?"(Cant 3,2) pregunta la muchacha del Cantar, con la naturalidad con que el que ama da por supuesto que todas las miradas serán atraídas por el que se ha adueñado de la suya.

"María Magdalena y María de José observaban dónde lo colocaba" (Mc 15,42-47)
"Las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea fueron detrás para observar el sepulcro y cómo habían colocado el cadáver"(Lc 23,55)
"Alzaron la vista y observaron que estaba corrida la piedra"(Mc 16,4)
"Va María Magdalena al sepulcro y observa que la piedra está retirada del sepulcro"(Jn 20,1)
"...se inclinó hacia el sepulcro y ve dos ángeles vestidos de blanco" (Jn 20,11)
"...se vuelve y ve a Jesus de pie"(Jn 20,14)
"...vieron un joven vestido con un hábito blanco"(Mc 16,5)
"...quedaron espantadas, mirando al suelo" (Lc 24,5)
"Mirad el lugar donde lo habían puesto"(Mc 16,6)
"...irá por delante a Galilea; allí lo veréis" (Mt 28,7)
"...volvieron diciendo que habían tenido una visión de ángeles" (Lc 24,24)
"Llega María anunciando a los discípulos: He visto al Señor (Jn 20,18)

A través de sus sentimientos y de su mirada descubrimos lo que "habita" la interioridad profunda de estas mujeres: aquello que buscan, recuerdan y miran está absolutamente polarizado en Jesús a quien llevan grabado "como un sello sobre su corazón, como un sello sobre su brazo" (Cant 8,6)

Su imagen, grabada en el cristalino de sus ojos, está para ellas presente en cualquier realidad. Estuvieron "mirando de lejos" al crucificado y han quedado fascinadas por él (cf Gal 3,1)

Su ausencia ha despertado en ellas el deseo y la búsqueda y ha integrado todos sus afectos: temor, desconcierto, gozo, llanto..., no tienen otro centro de atracción más que él. Si no hay en ellas esperanza de resurrección y van a ungir un cadáver, la intensidad de un amor "fuerte como la muerte" (Cant 8,6) va a conducirlas a la fe.

MUJERES QUE ESCUCHAN Y ANUNCIAN

La dimensión expresiva reside, ante todo, en la capacidad de escucha simbolizada por los oídos. "Oigo a mi amado que me llama..." (Cant 5,2)

Su otra vertiente, el decir, hablar, anunciar, contar... se atribuye a la boca, la lengua o los labios y la comunicación humana surge de la necesidad de revelar la propia intimidad, de compartir con otros lo que se piensa, se siente, se experimenta.

Por eso, aunque el Cantar celebra el amor de una pareja, la fuerza expansiva de ese amor introduce a otros muchos (las "muchachas de Jerusalén", los amigos del novio) en su celebración, como si necesitaran contar cada uno lo que admira y descubre del otro.

¿Qué oyeron las mujeres en aquella mañana del primer día de la semana? ¿Qué voces, qué palabras, qué llamadas, qué imperativos...?

"No temáis.. Acercaos...id corriendo a decir..." (Mt 28,7)
"¡Alegraos! No temáis; id a anunciar ..."(Mt 28,10)
"No os espantéis. Id a decir...(Mc 16,6-7)
"Recordad lo que os dijo..."(Lc,24,6)
"Ve a decir a mis hermanos..." (Jn 20,15)

¿Cuál fue su respuesta?

"...corrieron a anunciar a los discípulos"(Mt 28,8)
"...se volvieron del sepulcro y se lo anunciaron todo a los once y a todos los demás... (Lc 24,10)
"...unas mujeres de las nuestras (...) volvieron diciendo que él está vivo. También algunos de los nuestros fueron al sepulcro y lo encontraron como lo habían contado las mujeres..." (Lc 24,23-24)
"Llega María anunciando a los discípulos: He visto al Señor y me ha dicho ésto. (Jn 20,18)
"Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos" (1 Jn 1,3)

Ellas anuncian lo que han visto y, sobre todo, lo que han escuchado. Acceden al conocimiento a través del oído, más receptivo y menos posesivo que la vista. María Magdalena "ve" a Jesús pero su mirada resulta insuficiente y sólo al escuchar su voz lo reconoce. Y es la fuerza de esa palabra acogida en la fe la que las empuja a contar, a comunicar, a hacer llegar a otros lo escuchado.

Hay un murmullo en los relatos, un "rumor de ángeles" que nace de las que ahora están encarnando a la "mensajera de buenas noticias" de Is 40,9 .

Como los pastores de Belén, "cuentan" lo que han visto y oído y van tejiendo una red de comunicación que vincula, por primera vez, al Resucitado con los suyos y desembocará también en la fe y en la alabanza. (cf Lc 2,19-20).

No importa que su anuncio cree sobresalto, que nos las crean y escuchen sus palabras "como un delirio" (Lc 24,11).
"Las aguas torrenciales no podrán apagar el amor ni anegarlo los ríos. Es centella de fuego, llamarada divina..."(Cant 8,7)

MUJERES QUE CORREN LLEVANDO PERFUMES

El hacer y el actuar humanos se expresan a través de las manos y también de los pies, que definen comportamientos, costumbres, "caminos".

"Mis manos destilan perfume de mirra"(Cant 5,5), podrían decir lo mismo que la novia del Cantar, las mujeres que se dirigían de madrugada al sepulcro. Pero, cuando en vez de un cadáver encuentran al Viviente, sus manos sueltan los perfumes para abrazar sus pies. (Mt 28,9; Jn 20,17)

"...compraron perfumes para ir a ungirlo." (Mc 16,1)
"...prepararon aromas y ungüentos(...) fueron al sepulcro llevando los perfumes preparados". (Lc 24,1)
"Ellas se acercaron, se abrazaron a sus pies y se postraron ante él" (Mt 28,9)
"!Llévame contigo, correremos...!" (Cant 1,4)

Como María al encuentro de Isabel, como los pastores corriendo al pesebre, como Zaqueo bajando del árbol, como el padre al encuentro del hijo perdido, como los de Emaús volviendo a Jerusalén: cuando el corazón "está en ascuas", el ritmo vital se contagia de ese fuego y hace los pies ágiles y fácil la carrera:

"...id corriendo a anunciar...Ellas se alejaron deprisa del sepulcro y corrieron..." (Mt 28,7-8)
"Salieron huyendo del sepulcro..."(Mc 16,8)
"...María Magdalena llega corriendo adonde estaban Simón Pedro y el otro discípulo..." (Jn 20,1-2)

Hasta el marco temporal refleja esa urgencia que nace del apasionamiento: todo sucede de madrugada, en ese momento en que también la luz está anticipándose al día:

"El primer día de la semana, muy temprano, llegan al sepulcro al salir el sol" (Mc 16,1)
"...al despuntar el alba del primer día de la semana"(Mt 28,1)
"El primer día de la semana, de madrugada..."(Lc,24,1)
"...yendo de madrugada al sepulcro"(Lc 24,24)
"El primer día de la semana, muy temprano, todavía a oscuras..." (Jn 20,1)

Estamos en clima de vigilia pascual y no es tiempo de dormir sino de velar en medio de la oscuridad de la noche. Los perfumes son las lámparas encendidas que iluminan su espera (cf Mt 25,7), y por eso hay preparativos, impaciencia, urgencia de adelantarse al amanecer.

Es la primera mañana de la nueva creación y las tinieblas del caos primitivo están a punto de dejar paso al resplandor del lucero de la mañana. (2Pe 1,19)

¡QUEREMOS BUSCARLE CON VOSOTRAS! (Cf Cant 6,1)

¿Cómo buscar nosotros al Resucitado con Magdalena, María, Salomé, las otras...? ¿Cómo hacer de su historia "nuestra historia"?

Vamos a tratar de aprender sabiduría de estas mujeres a las que, con lenguaje del AT, podemos llamar hayil, "mujeres de recursos", lo mismo que Rut (3,11) y que la mujer ensalzada en el libro de los Proverbios (Pr 31,10) y reconocer en ellas su capacidad de afrontar los acontecimientos con sabiduría y audacia.

La realidad que se describe en los relatos como precediendo a la Pascua tiene el nombre dramático de muerte, fracaso, decepción de todas las expectativas. Todos los discípulos, tanto hombres como mujeres, pensaron a lo largo de todo aquel sábado que sólo les quedaba un cadáver en un sepulcro.

Las palabras desalentadas de los de Emáus "Nosotros esperábamos... pero..." reflejan una situación de pérdida de esperanza que quizá es también la nuestra en un tiempo en el que hablamos de ausencia de Dios, de exceso de dolor, de tumbas vacías de esperanza. También nosotros podemos sentirnos como si siguiéramos aún en el anochecer del viernes, volviendo con ánimo abatido de enterrar en el sepulcro proyectos, ilusiones y promesas.

También nosotros podemos reaccionar: "llorando y hacer duelo" (Mc 16,10) "cerrando las puertas por miedo..." (Jn 20,19), La piedra es demasiado grande para nuestras fuerzas, el orden internacional demasiado injusto, la violencia demasiado arraigada, la presencia creyente irrelevante, la Iglesia demasiado temerosa...

Por eso la tentación puede ser "prolongar el sábado", refugiarnos en una espiritualidad evadida, permanecer en una parálisis inerte. O tomar caminos de vuelta a Emaús que alejan de los sepulcros y de los crucificados y tratan de escapar no sólo de su dolor sino también de su memoria.

Pero hay en la mañana del "primer día de la semana" un camino alternativo: el de quienes, entonces y ahora, echan a andar "todavía a oscuras" y se acercan a los lugares de muerte para intentar arrebatarle a la muerte algo de su victoria. Como intentaban borrar algo de su rastro aquellas mujeres a fuerza de perfumes.

Saben que no pueden mover la piedra pero eso no les detiene. Son conscientes de la fragilidad y la desproporción de lo que llevan entre las manos, pero esa lucidez no apaga el incendio de su compasión ni hace su amor menos obstinado.

Quizá no viven todo eso desde la plenitud de la fe, ni le ponen el nombre de esperanza a sus pasos vacilantes en la noche. Pero hacen ese camino abiertos al asombro, apoyados en el recuerdo de palabras que prometen vida, dispuestos a dejarse sorprender por una presencia oscuramente presentida.

Los evangelios de Pascua "están de su parte". Se lo dicen, nos lo dicen a todos, esas mujeres que irrumpen de nuevo en nuestros cenáculos anunciando: "¡Hemos visto al Señor!".

De ellas recibimos la buena noticia: el Viviente sale siempre al encuentro de los que le buscan, los inunda con su alegría, los envía a consolar a su pueblo, los invita a una nueva relación de hermanos y de hijos.

El va siempre delante de nosotros, palabra de mujeres.

IMAGENES DE LA VIGILIA PASCUAL





Compartiendo la vigilia Pascual

Todos estos dias hemos experimentado el dolor y tambien la alegria de la semana Santa ,leyendo la Biblia, pasando una pelicula, tomando un cafe, ver los rostros alegres y felices de los niños, sus padres viendo en pantalla gigante los diversos acontecimientos biblicos tan importantes para alimentar nuestra fe.


Reflexionando

VIGILIA Pascual

Aunque son relativamente pocos los cristianos que acuden a celebrar la Vigilia Pascual, debemos tomar conciencia de que se trata de la liturgia más importante de todo el año.

Celebramos la VIDA que en la experiencia pascual descubrieron los discípulos en su maestro Jesús. Los símbolos centrales de la celebración son el fuego y el agua, porque son los dos elementos imprescindibles para que pueda surgir la vida biológica. La vida biológica es el mejor símbolo que nos puede ayudar a entender lo que es la Vida trascendente.

Las realidades trascendentes no pueden percibirse por los sentidos, por eso tenemos que hacerlas presentes por medio de signos que provoquen en nosotros la presencia de una realidad que ni se trae ni se lleva, ni se crea ni se destruye, sino que está siempre ahí.

El recordar y renovar nuestro bautismo, apunta en la misma dirección. Jesús dijo a Nicodemo que había que nacer de nuevo del agua y del Espíritu. Este mensaje es pieza clave para descubrir de qué Vida estamos hablando.

En el prólogo del evangelio de Juan dice: “En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres”. Estamos recordando esa Vida y esa luz en la humanidad de Jesús. Al desplegar durante su vida terrena la misma Vida de Dios que le atravesaba, nos abrió el camino de la plenitud a la que todos podemos acceder.

Lo que estamos celebrando esta noche, es la llegada de Jesús a esa meta. Jesús, como hombre, alcanzó la plenitud de Vida. Posee la Vida definitiva que es la Vida de Dios. Esa vida ya no puede perderse porque es eterna.


Tampoco puede ser el resultado de alguna demostración lógica. Lo divino no cae dentro del objeto de nuestra razón. A la convicción de que Jesús está vivo, no se puede llegar por razonamientos. Lo divino que hay en Jesús, y por lo tanto su resurrección, sólo puede ser objeto de fe.

Para los apóstoles como para nosotros se trata de una experiencia interior. A través del convencimiento de que Jesús les está dando VIDA, descubren que tiene que estar él VIVO. Lo mismo nosotros, sólo a través de la vivencia personal podemos comprender la resurrección.

Creer en la resurrección exige haber pasado de la muerte a la vida. Por eso tiene en esta vigilia tanta importancia el recuerdo de nuestro bautismo. Cristiano es el que está constantemente muriendo y resucitan¬do. Muriendo a lo terreno y caduco, al egoísmo, y naciendo a la verdadera Vida, la divina.

Tenemos del bautismo una concepción estática que nos impide vivirlo. Creemos que hemos sido bautizados un día a una hora determinada y que allí se realizó un milagro que permanece por sí mismo. Para descubrir el error, hay que tomar conciencia de lo que es un sacramento.

Todos los sacramentos están constituidos por dos realidades: un signo y una realidad significada. El signo es lo que podemos ver, oír, tocar. La realidad significada ni se ve ni se oye ni se palpa, pero está ahí siempre porque depende de Dios que está fuera del tiempo.

En el bautismo, la realidad significada es esa Vida divina que “significamos” para hacerla presente y vivirla. En tal día a tal hora, han hecho el signo sobre mí, pero el alcanzar y vivir lo significado, es tarea de toda la vida. Todos los días tengo que estar haciendo mía esa Vida. Y el único camino para hacer mía la Vida de Dios que es AMOR, es superando el ego-ísmo, es decir, amando.

viernes, 2 de abril de 2010

Viernes Santo II


Para Jesús todas las personas son iguales porque todos son hijos. Ni por ser rico ni por ser pobre se es más ni menos. Esto no les gusta nada a los ricos. Es muy incómodo tener un hermano pobre, compromete, afea, es fuente de numerosas molestias. Tampoco les gusta del todo a los pobres: es molesto que el rico sea mi hermano, no podremos odiarle y matarle sin sentir remordimientos. Es mucho más sencillo que sea sin más mi enemigo.

Para Jesús son antes los pequeños, sencillamente porque necesitan más. Y las madres y los médicos y los pastores y los maestros… emplean más tiempo y más esfuerzo en los que necesitan más. Esto no les gusta nada a los grandes, porque les impiden disfrutar en paz de su grandeza, les llena de preocupaciones, no pueden quedarse sin más con lo que Dios les ha dado, se sienten responsables y por tanto despojados de su libertad. Y sobre todo, se sienten desprestigiados. Ser grande ya no es un mérito adquirido, una bendición de Dios, sino un compromiso, un talento, una responsabilidad.

Pasar del poder y del dinero es de locos. Todo el mundo corre enloquecido tras el poder y el dinero. Hay que comprar cosas para disfrutar de cosas, hay que tener poder, prestigio, status, influencia… Meta de la vida.

¿A qué loco se le ha ocurrido que el poder y el dinero no son buenos? Pues, a Jesús, que ha descubierto algo tan sencillo como esto: el poder y el dinero son bienes pegajosos, tienden a apoderarse del que los tiene y lo deshumanizan. A Jesús, que observa que el poder y el dinero son difícilmente compatibles con la compasión, la sencillez y la libertad.

Poder para servir a los pequeños, dinero para aliviar a los pobres…

Entonces, ¿para qué quiero el poder y el dinero? Nuestra cultura ha resuelto a veces el problema con mucha inteligencia: el diezmo, el porcentaje: el 90% del poder y el dinero para mí, para mi satisfacción: el 10% para justificarme y conseguir mejor imagen. O sea, también para mí.

Un gobernante que use el poder para servir a la gente, sobre todo a los más pequeños, no genera riqueza y poder para sus amigos, no reparte más que cargas… no durará mucho en el poder; será crucificado como gobernante.

Un empresario que tiene menos interés en los beneficios que en el nivel de vida de los obreros sirve mal a la clase empresarial. Será crucificado.

Un matrimonio que gasta poco, que no renueva el guardarropa en cada estación, que tiene más de dos hijos, que no cambia de coche cada dos años, que pierde todos los días varias horas con sus hijos, que reduce su consumo a lo razonable, que recicla, que reutiliza, que comparte… es odioso; parece que te esté echando en cara todos los días cada cosa que haces… ni siquiera se puede hablar con ellos de las cosas normales. Será marginado, sutilmente, cotidianamente… Será crucificado.

Un pastor o presbítero que no predica de la iglesia y sus dogmas y órdenes sino de Jesús y sus compromisos, que no hace teología dogmática sino que cuenta parábolas, que no manda en su iglesia sino que anima, aconseja, invita, carga con lo menos atrayente, se mete en los líos de la gente … no llegará a Obispo. Será crucificado.

Y así tantos y tantos. Todos los que quieran vivir piadosamente, siguiendo a Jesús, sufrirán persecución. Todos, menos nosotros, que seguimos a Jesús estupendamente bien, creemos lo que hay que creer, esperamos lo que hay que esperar, cumplimos lo que hay que cumplir según lo mandan los representantes de Cristo en la tierra, y vivimos, ajenos a la compasión, respetados por el poder y por el dinero, disfrutando aquí del ciento por uno y seguros del premio de la vida eterna, y tan lejos de la cruz como sea posible.

Aunque, eso sí, la exhibimos por todas partes, la llevamos colgadita al cuello, la besamos. Bonitas cruces, de madera, de plata, de marfil, adornadas con brillantes, obras de arte quizás. La única palabra que se me ocurre ahora es ……..